Tecnología Creativa a Prueba de idiotas

Andres Franco / Opinion / / 0 Comentarios / Like this
Tecnología Creativa a Prueba de idiotas

¡Ah, la tecnología! Ese regalo de los dioses que nos facilita la vida cotidiana, desarrollado por las mentes brillantes de algunos genios en laboratorios del primer mundo y fabricado por las manos tiernas de niños del tercero. ¡Nadie se atreve a cuestionarla! Todos esperamos el nuevo teléfono inteligente, el nuevo asistente de escritorio que nos ordene las compras por internet, la nueva lavadora que seca la ropa y la dobla. ¿Pero es cierta tanta maravilla? ¿Debemos aceptar todos los desarrollos tecnológicos con felicidad y vaciar nuestros bolsillos cada vez que alguien lo orden desde Silicon Valley?

Yo estoy empezando a creer que los desarrollos tecnológicos – sobre todo en lo relacionado con las actividades creativas – están abriéndoles la puerta a los idiotas. Creo, en palabras más sencillas, que se está desarrollando una tecnología creativa a prueba de idiotas.

Y lo digo particularmente gracias al anuncio tecnológico más reciente de Canon, el flash Speedlite 470 EX-AI. Este flash tiene la capacidad de reconocer el espacio en el que se está tomando una foto, midiendo la cantidad de luz que llega al sujeto que quiere fotografiarse y la distancia que habría hacia las fuentes de rebote de luz (como el techo o las paredes). Una vez que el fotógrafo se prepara para disparar, el flash apunta automáticamente hacia el lugar donde considera que el rebote de la luz va a generar una iluminación perfecta, eliminando las sombras y logrando el mejor resultado posible con las condiciones de iluminación disponibles.

A simple vista suena como una herramienta maravillosa, una fuente de iluminación que le va a ahorrar tiempo al fotógrafo en el proceso meticuloso y vital de medir la luz y acomodar las fuentes de iluminación hasta lograr una toma perfecta. Pero creo yo que muy probablemente lo que va a suceder es que este tipo de iluminación inteligente va en detrimento de la calidad de los fotógrafos del futuro.

Y no es la única herramienta en camino. El ingeniero Ryan Stout está tratando de conseguir – a través de Kickstarter – el dinero suficiente para comercializar Arsenal, un asistente de fotografía que permite al fotógrafo dejar de preocuparse por detalles como el ISO, la apertura, el tipo de lente que debe utilizar y la refracción de la luz para que pueda tomar – en palabras de su creador – la foto perfecta. Una vez el fotógrafo ha decidido cuál será el encuadre que va a utilizar, Arsenal utiliza tecnología de aprendizaje automático para determinar cuál es la combinación perfecta de las variables disponibles en la cámara para hacer la toma ideal o incluso  hacer varias tomas con distintas condiciones y combinarlas para lograr la imagen perfecta. Arsenal sería una herramienta muy útil, pero al igual que el nuevo flash inteligente de Canon es probable que no solo le facilite la vida a los fotógrafos del futuro, sino que empeorará su capacidad de aprendizaje y desarrollo de la técnica.

Quiero hacer uso de otros ejemplos concretos para validar mi opinión. Cuando la casa de desarrollo de software Antares Audio Technologies desarrolló un software llamada Auto-Tune, su intención era la de facilitar la corrección de pequeños errores de interpretación en las grabaciones de voces e instrumentos musicales. Inicialmente el software se utilizó de forma tímida, porque algunos productores musicales no querían que se supiera abiertamente que se hacía uso de corrección digital para perfeccionar las voces de sus artistas. El software salió al mercado en la primavera de 1997 y algunos artistas como Roy Vedas y Kid Rock empezaron a explorar los límites del software, haciendo uso de una afinación más evidente y agresiva. El éxito de Belive de Cher, en 1998, popularizó el uso de Auto-Tune y muy pronto el mundo del dance y el hip hop se apropiaron de la estética vocal de Auto-Tune. Veintiún años más tarde, es difícil encontrar artistas que no utilicen algún tipo de software de afinación digital para sus grabaciones de voz. De hecho, muchos artistas de hip hop y reguetón utilizan el software de afinación de voces para sus actuaciones en vivo porque les es físicamente imposible cantar. Yo he conocido artistas colombianos de género urbano que siempre piden la tonalidad de Auto-Tune para no tener que preocuparse por tener que cantar al grabar. Sea lo que sea que salga de sus interpretaciones mediocres, Auto-Tune se encargará de corregir el tempo y la melodía. Y todos felices.

A la postre, lo que inicialmente parecía una herramienta muy útil para ahorrar tiempo a los productores musicales y corregir pequeños problemas de interpretación de los artistas, se convirtió en la puerta de entrada a un montón de “cantantes” y “artistas” paupérrimos a la industria discográfica. Es por eso que el 90% de los reguetoneros y los cantantes urbanos suenan igual: porque no es su voz la que se oye, sino la de Auto-Tune.

Orb Composer es una nueva herramienta de ayuda para compositores, desarrollada durante los últimos 5 años por Hexachords, y que será lanzada al mercado en abril de este año. Haciendo uso de una serie de parámetros musicales como progresiones de acordes, intensidad, uso de instrumentos e intención emocional; Orb Composer puede ayudar al músico (o incluso a cualquier persona que no necesariamente sea un músico) a escribir piezas orquestales desde la comodidad de su computador. Por supuesto que puede ser una herramienta útil para compositores que se encuentren en un estado de atasco creativo, o que requieran ayudas con ideas nuevas para desarrollar piezas musicales, pero tal como lo veo yo es muy probable que estas herramientas terminen en manos de personas que se autodenominen compositores sin haber pasado jamás por una academia musical y que van a empezar a competir a precios mucho más baratos en el mercado de las bandas sonoras para piezas audiovisuales, que son el último segmento del mercado en el que la composición orquestal sigue generando dinero.

El nuevo controlador para disc jockeys de Pioneer, el DDJ-SB3, es otra de esas herramientas que facilitará la entrada de nuevos idiotas e impostores al mundo de la música electrónica y el hip hop. Además de todas las herramientas desarrolladas por los emuladores de tornamesas que usan los DJs actuales, el nuevo modelo de Pioneer eliminaría la única habilidad para la que el DJ requiere aún de su sentido del gusto y de la habilidad manual: el scratching.

Cuando el hip hop y la música disco nacieron, a mediados de la década de 1970, la figura del disc jockey tomó una inusitada relevancia, precisamente porque estos tipos que hacían uso de dos tornamesas para mezclar canciones y mejorar la experiencia del baile (en el caso del disco) o proporcionar una base musical para las rimas (en el caso del hip hop) debían desarrollar un sentido agudo de la métrica musical, de la armonía y de la lectura del público y el MC para dar vida a toda una experiencia musical.

DJ Larry Levan 1979

Los primeros DJs, armados de un par de audífonos, una caja de acetatos y la habilidad de sus manos; tenían que tener una precisión milimétrica para combinar grabaciones, hacer coincidir los tempos y las métricas de los temas, hacer transiciones agradables al oído del público o interpretar el scratch (la habilidad de mover la tornamesa para generar sonidos por la fricción contra la aguja) de la forma más habilidosa y con el mejor gusto posible. Estos primeros DJs eran prácticamente instrumentistas, eran músicos empíricos.

Pero con el paso de los años, las compañías productoras de equipos para DJs eliminaron la necesidad de hacer coincidir los tempos y las armonías; eliminaron también la necesidad de usar acetatos sustituyéndolos por pistas digitales (en formatos como el MP3) y finalmente – con la aparición de la función de auto-scratch que incluye el nuevo Pioneer DDJ-SB3 – eliminarán la necesidad de desarrollar esta última habilidad musical del DJ contemporáneo.

¿Pero es desalentador todo el panorama? Tal vez no. El caso de las guitarras con afinación robótica de Gibson es bien interesante. A principios de esta década, Gibson lanzó la Robot Guitar, una guitarra eléctrica que gracias a un sistema de reconocimiento de audio y a unos dispositivos robóticos instalados en la cabeza del instrumento les permitía a los guitarristas despreocuparse por ese “tedioso y complicadísimo” proceso de afinar su instrumento. La primera guitarra con afinación robótica salió al mercado con un precio exorbitante, dado que Gibson había invertido años y años de investigación y desarrollo en el afinador robótico. Luego, tratando de aumentar las ganancias del invento, la fábrica de guitarras empezó a implantar el afinador robótico en algunos de sus modelos de gama media para aumentarles el precio. La respuesta de los guitarristas en el mundo fue unánime: No nos interesa una guitarra que se afine sola. Las ventas de los modelos con afinación automática de Gibson, así como las ventas de todas sus líneas de guitarras cayó estrepitosamente durante los últimos cinco años; hasta que la compañía oficialmente dejó de producir las guitarras con afinación robótica en 2017.

¿Qué podemos concluir de todo esto? No lo sé, pero yo tiendo a ser pesimista. Yo tiendo a creer que los desarrolladores de tecnología lo hacen con la mejor de las intenciones, pero los usuarios – perezosos como somos – exprimimos al máximo la herramienta y nos olvidamos del hecho de que la tecnología es una ayuda, no un reemplazo.

Es por eso que confiamos en el autocorrector ortográfico y terminamos escribiendo mensajes incoherentes en los chats, es por eso que nos confiamos en el freno asistido de los vehículos y terminamos involucrados en accidentes de tránsito estúpidos, es por eso que tarde o temprano las industrias creativas van a dejar de existir y la fotografía, la música y el cine van a pasar a ser simplemente herramientas de entretenimiento en manos de personas que en realidad no sabrán cómo usarlas ni como apreciarlas. Probablemente después de los millenials vendrá una generación que yo desde ya denomino la generación inútil: adultos criados en medio de una abundancia tecnológica que no les imponía retos sino soluciones instantáneas, adultos criados creyendo que hay una aplicación para todos y que no hace falta estudiar sino simplemente buscar en Google. Adultos educados por la tecnología a prueba de idiotas, que con la excusa de facilitarnos la vida nos está haciendo (lenta, certera y silenciosamente) más idiotas.

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