10 años han pasado desde que Marvel se la jugó en el cine con Iron Man de John Favreu en el 2008. Hoy por hoy puedo decir con toda seguridad que Infinity War es sin duda la opera prima de todas las películas de super héroes hasta la fecha, y no es por ser la película con el más alto presupuesto en toda la historia del cine (Mil millones de dólares) si no porque tiene un componente que no puede comprarse con dinero: Paciencia.
Pueden leer esta opinión sin miedo a spoilers y es por eso que tranquilamente les puedo decir que Thanos es el mejor villano concebido en las ultimas dos décadas y sin temor a equivocarme podemos ponerlo en el podium de ganadores junto con Darth Vader y el Joker. Tanto, que la película gira en torno a él, y solo a él, no hubiera podido ser de otra manera.
Critiqué mucho Thor de Kenneth Branagh (2011) por ese desarrollo desaforado que le dieron al personaje, pasamos de ver un hijo de Odin con comportamiento de rebelde a adolescente a un heredero del trono sabio y valiente en tiempo récord, lo que sin duda pasó factura a ese escenario actoral que hizo que incluso la cosita rica de Nathalie Portman le sacara el culo a el resto de la saga.
Pero si algo ha tenido Marvel Comics en el cine, es que ha sabido escuchar y tomar buenas decisiones (todo lo contrario a DC), fueron necesarios 10 años y 18 películas para lograr realizar una obra de arte como Infinity War, arte en muchos sentidos claro, sobre todo en el CGI (solo hay que ver los créditos) para darse cuenta de que habían contratado prácticamente al 70% de los estudios de VFX del mundo, pero también arte en la narrativa, en la actuación y en la manera de adaptar un guión y en esto haya que aplaudir a los hermanos Russo por centrarse más en el desarrollo de los personajes y no en la historia como usualmente pasa en las películas de Marvel.
Podemos ver a todos los personajes y es inevitable no sentir nostalgia, los años no llegan solos y el tiempo hace lo suyo. Aun así, es tremendamente emotivo ver a todo el mundo reunido, incluso en relaciones sociales —y poco usuales— como las de Dr. Strange con Iron Man, o la Rocket y Thor. Y es allí donde sucede la magia; Por fin lograron meter al espectador en ese “Universo Marvel” !! Ya es posible, ya es realizable. Ya los de 20, tenemos 30, ya no es raro, ya los conocemos a todos. Es habitual la naturaleza de cada uno que te sientes viendo un capitulo de «Friends», lo confirmé cuando toda la sala de cine en una ciudad tan poco freak como Pereira, aplaudía cada vez que aparecía un super héroe nuevo.
Josh Brolin la rompe, es sin duda el “corazón” de Thanos, no se si desde la voz, o la actuación, o tal vez una combinación de ambas, pero lo que si me queda claro, es que no estamos frente a un genocida tostado hyper-especial con sed de poder que al final se vuelve de lo más predecible, por el contrario este villano maneja un nivel de psicopatía extremo y contundente, tiene los componentes de un nihilista maniaco convencido totalmente de que tiene la razón, y peor aun sabe que puede imponerla. Thanos no es el típico villano con risa malvada “Muajajaja” que le cuenta su plan malvado a el héroe atrapado mientras este se desata durante el dialogo, este villano esta dotado de poder y convicción para lograr cualquier cosa, siempre cuando “él” la considere correcta.
Sin duda una película obligada y digna de repetir, háganse un favor; NO LA VEAN DOBLADA seria como verla en blanco y negro. Aprecien esa maravilla de resolución y efectos que costaron millones de dólares, pero también aprecien ese aspecto actoral, el nerviosismo en los ojos de los héroes, su temblor en la voz y sobre todo el miedo que genera Thanos, mi nuevo mejor villano.